IRONMANCHUELA 2017

Después del abandono del pasado fin de semana en la carrera de Fuente Álamo (por rajar el flanco del neumático) me volvía a poner un dorsal, esta vez para correr la clásica Ironmanchuela. Carrera que engaña, pues sus 42 km y 800D+ se agarran mas de lo que pueda parecer, mas si cabe cuando te meten la subida al pinar de don Vicente (1 km al 10% con rampas de hasta el 25%) 2 veces.
Sabía que la cosa estaría complicada, ya que arrastraba durante toda la semana previa a la carrera un importante resfriado, pero yo quería tomar la salida y estar un "pelín" mas cerca de acabar esta temporada 2017, pues se me esta haciendo algo larga. Se dio la salida, y en un principio me encontré bastante bien, adelantando grupos para enganchar con los cabeceros, pero tras 8 km de pista rápida, llegó una bajada muy rota, con regueros y curvas en herradura, mas la "polvisquera" que levantaban las bicis, por lo que decidí levantar un poco el pie y no jugármela en demasía. A mitad de bajada había un chico sangrando, bastante mal (Se había roto la mandíbula, desde aquí quiero mandarle ánimo) y junto a él me encuentro a mi compañero Vicente, paro y pido que alguien saque un móvil para llamar a protección civil, todo esto rodeado de ciclistas que pasaban a nuestros lado. Una vez que se queda el chico con gente de su equipo y vemos que sobramos, Vicente y yo continuamos la carrera. Habíamos perdido muchos puestos, pero empezaba la dura subida al pinar de don Vicente, y recuperé algunos. Y hasta aquí me duró la gasolina, no se si fue por el resfriado, por la acumulación de km durante la semana aun estando enfermo o una mezcla de las 2, pero las piernas no se movían. Me pasaba gente por todos lados, excepto el compañero Vicente que me animaba y me ofrecía su rueda, pero en cada pequeño repecho me descolgaba y me era imposible seguirlo. ¡Y aun quedaba la segunda subida al pinar! Lo mas sensato hubiese sido abandonar, pero no podía permitirme ese lujo después de romper la semana pasada y acumular ya 4 abandonos este año, por lo que cambié el chip a modo terminar, sabía que no estaba en mi sitio, pero había que acabar. Y al final, tras la última subida la cual se me hizo durísima y un último llaneo tras Vicente conseguimos llegar a meta siendo el 33º élite. Está claro que después de estar en el top20 en las últimas 2 carreras no es un resultado que me agrade, pero me quedo con el hecho de haber podido acabar esta carrera con esas sensaciones tan malas y con el buen compañerismo de Vicente, que por mucho que le insistía en que tirase para delante se quedó conmigo en todo momento. Me queda mínimo 1 día de competición donde espero estar al 100% y poder acabar la temporada con gran sabor de boca. ¡Nos vemos en Ossa de Montiel!